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Test del asco a tocar cosas

Christina Hartmann y Debra Lieberman, de la Universidad de Miami, han descubierto que el asco de las personas al tacto puede dividirse en varias categorías. Los factores que determinan por qué las personas difieren en los diversos desencadenantes del tacto han sido en gran medida pasados por alto en la investigación, pero el trabajo de estas autoras podría contribuir a un mayor mapeo de las diferencias individuales a este respecto.

Pregunta 1 de 38

¿Cómo de desagradable te resultaría tocarlo?

El cepillo de pelo de otra persona.

En desacuerdo
De acuerdo

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El test del asco al tacto de IDRlabs fue creado por IDRlabs basándose en el trabajo científico del Dr. Robert E. Oum, Ph.D., de la Universidad de Miami (y otros).

El test mide los siguientes factores desencadenantes:

Viscosidad: las texturas viscosas pueden asociarse con materia en descomposición o criaturas venenosas. Es posible que nuestros antepasados, que evitaban tocar objetos viscosos, tuvieran menos probabilidades de enfermar o encontrarse con toxinas peligrosas.

Humedad: la humedad excesiva puede albergar bacterias y hongos, lo que podría provocar infecciones. Los primeros humanos que vivían en entornos con recursos limitados podrían haber dado prioridad a mantenerse secos para conservar el calor corporal y evitar enfermedades.

Pegajoso: quedarse pegado a algo podría haber sido una desventaja para nuestros antepasados. Las superficies pegajosas podrían haberles atrapado en situaciones peligrosas o dificultado la huida de los depredadores.

Áspero: las superficies ásperas pueden provocar cortes, rasguños e infecciones. Evitar las texturas rugosas podría haber ayudado a nuestros antepasados a mantenerse sanos y evitar atraer parásitos.

Peludo: dependiendo del contexto, las texturas peludas podían asociarse con el peligro. Encontrarse con animales peludos podía indicar la presencia de un posible depredador, mientras que el pelo humano áspero podía ser señal de enfermedad.

Polvo: la inhalación de partículas finas de polvo puede irritar los pulmones y provocar problemas respiratorios. Los primeros humanos que evitaban inhalar polvo podrían haber sido menos susceptibles a infecciones y daños pulmonares.

Afilado: los objetos afilados suponen una clara amenaza de lesión. Nuestros antepasados, que eran más sensibles a las texturas afiladas, podrían haber sido menos propensos a cortarse, apuñalarse o pincharse, mejorando sus posibilidades de supervivencia.

Rugoso: muchos animales peligrosos, como las serpientes y los insectos, se retuercen. La aversión a las cosas que se retuercen podría haber ayudado a nuestros antepasados a evitar a los depredadores. Los parásitos, como los gusanos, también se retuercen con frecuencia. Evitarlos podría haber minimizado el riesgo de infección parasitaria.

El asco al tacto, también conocido como asco háptico, es una reacción visceral a determinadas sensaciones físicas o texturas que se perciben como desagradables, repulsivas o contaminantes. A diferencia de otras formas de asco desencadenadas por olores o señales visuales, el asco táctil es evocado por el sentido del tacto. Esta sensación puede provocar malestar, náuseas o repulsión en las personas que la experimentan.

Entre los desencadenantes habituales del asco táctil se encuentran las texturas viscosas o pegajosas, como los restos de comida húmeda, las sustancias grasientas o los fluidos corporales. Ciertas texturas pueden percibirse como intrínsecamente "sucias" o "groseras", lo que provoca aversión al contacto físico o a la interacción con ellas.

Los orígenes del asco al tacto se remontan a mecanismos evolutivos destinados a proteger a los individuos de posibles fuentes de contaminación o enfermedad. En la prehistoria, el encuentro con sustancias percibidas como impuras o potencialmente nocivas podía entrañar importantes riesgos para la salud. En consecuencia, el cerebro humano desarrolló una sensibilidad a determinados estímulos táctiles asociados a amenazas potenciales para el bienestar físico.

La sensibilidad al asco de tocar varía de una persona a otra, y algunas lo experimentan con mayor intensidad que otras. Los factores culturales también desempeñan un papel importante en la percepción de lo que constituye una textura o sensación desagradable, ya que las normas sociales y la educación pueden influir en la aversión a determinados estímulos táctiles.

Comprender el asco al tacto puede ser valioso en diversos contextos, como el diseño de productos, el marketing sensorial y la psicología, ya que arroja luz sobre cómo influye el tacto en el comportamiento humano, las emociones y los procesos de toma de decisiones.

Los test online gratuitos como la presente no proporcionan evaluaciones profesionales ni recomendaciones de ningún tipo. El test se proporciona totalmente "tal cual". Para más información sobre cualquiera de nuestros test y pruebas online, consult nuestras Condiciones del servicio.

¿Por qué usar esta prueba?

1. Gratuito. Este test se proporciona de forma gratuita y te permite obtener tus puntuaciones relacionadas con el asco al tacto.

2. Controles estadísticos. Las puntuaciones de los test se registran en una base de datos anónima. Se realiza un análisis estadístico del test para garantizar la máxima precisión y validez de las puntuaciones del mismo.

3. Creado por profesionales. El presente test ha sido realizado con las aportaciones de personas que trabajan profesionalmente en la psicología y en la investigación de las diferencias individuales.